por Miriam Puebla

Soy de las que piensa que no hay nada escrito, que el camino y las apuestas las hacemos nosotros, muchas veces rebelándonos a lo que siempre nos han hecho pensar que era lo correcto.

Cada día vemos a nuestro alrededor necesidad, explotación, incomprensión y sufrimiento como consecuencia de una sociedad en la que no hay un sitio digno para todos.

El amor lo puede todo. Lo hemos oído tantas veces, que no nos damos cuenta de que se ha convertido en una coletilla de la que desconocemos el verdadero significado.

A veces hay que escapar, dejarlo todo y hacer una apuesta por lo incierto, lo desconocido, para darse cuenta de que lo que nos rodea no merecía la pena, emprender una nueva aventura para encontrarnos con ese Amor y entender el verdadero significado de la frase. ¡Qué sencillo y a la vez qué complejo!

A veces hay que escuchar esa Voz superior que no sabes de dónde viene, pero que te dirige a hacer lo que nunca hubieras imaginado, y te sostiene con tal Fuerza que no tienes dudas.

Huir, luchar, empezar de nuevo con incertidumbre, pero con la seguridad de que lo estás dando todo por lo que es justo. Y entonces comprendes que es lo correcto, y que todos los caminos te han dirigido hacia donde estás, que Él te ha dirigido.

Siento que el padre Doñoro ha sido llamado por esa Voz y sostenido por esa Fuerza Superior para realizar su misión en el Hogar Nazaret.

No puedo evitar que se me salten las lágrimas cada vez que hablo de su proyecto, me emociona tanta generosidad, tanto amor, tanta sencillez convertida en grandeza, porque eso es lo que es el Hogar Nazaret, un proyecto GRANDE lleno de Amor, lleno de Dios.

Admiro a los valientes, a la gente con coraje, a aquellos de los que la gente a veces puede pensar que están locos, pero que no les importa ser diferentes si su lucha va a ser buena para los que les rodean; a los insatisfechos con las injusticias, a los que se rebelan.

Cada vez que descubro a un “valiente”, un “ser individual” que con la simple ayuda del de Arriba puede mover tanto, desde mi espíritu inquieto le atribuyo “mi máximo galardón imaginario” y pienso: ”le voy a poner un club de fans”.

Pues uno de “mis galardones” va para el Padre Doñoro, por haberse dejado llevar por La Voz, por haberse rebelado, haber roto todos los esquemas, atravesado tantas barreras, y haber apostado por devolver sus derechos y una vida digna a tantos niños.

Ojalá este concierto gospel, que Matina y Gospel Libertad vamos a ofrecer en Valladolid este sábado 15 de febrero, sirva para que este sueño de Dios cargado de esperanza para tantos niños siga vivo.

Los caminos de Dios son inescrutables, pero de su mano no nos podemos perder, Él nos sostiene.

Gracias Padre Doñoro por llenar de Amor tantas vidas, y bienvenido a mi club de fans.